El Piedemonte andino-amazónico es una de las regiones que contiene la mayor biodiversidad en Colombia; comprende un conjunto de ecosistemas estratégicos producto de su compleja orografía, que contribuyen a proporcionar una serie de servicios ecosistémicos, entre ellos la producción de agua, clave para mantener el patrimonio natural inigualable que alberga y una población humana en crecimiento.
Sin embargo, es también una de las regiones más amenazadas por los procesos históricos de uso inadecuado de recursos renovables y no renovables, que han generado pasivos ambientales derivados de las industrias extractivas, y una cultura de explotación irracional evidente por ser una de las regiones de Colombia con el las tasas más altas de deforestación.